
Cegados por el dinero
Esta temporada, los clubes han tenido que aceptar sin remedio un nuevo incremento en el número de partidos: dos más (en algunos casos cuatro) en la Champions League, un Mundial de Clubes con 32 equipos... El Real Madrid, que también ha tenido que jugar la Intercontinental, podría llegar a sumar hasta 72 encuentros este curso, algo inaudito e insoportable si no se cuenta con una plantilla amplísima al estilo NBA.
El motivo es que, como dijo Ancelotti antes de viajar a Villarreal, se está priorizando el dinero por delante de la salud de los jugadores. El planteamiento de Ceferin, Tebas, Infantino y compañía es que a más partidos, más ingresos por derechos televisivos. Sin embargo, no se dan cuenta de que a más encuentros, mayor cansancio, más lesiones y menos espectáculo. ¿A quién le interesa ver a 22 jugadores corriendo con la lengua fuera detrás del balón? ¿O que cada dos por tres no sea posible ver a las grandes estrellas sobre el césped por la fatiga y las lesiones? Se las dan de defensores e innovadores del fútbol, pero en realidad se lo están cargando, cegados por el dinero de un sistema de financiación caduco y abocado al fracaso.
La AFE, que ya era hora de que se pronunciara, ha alertado en un comunicado del riesgo de jugar con menos de 72 horas de descanso, como hizo el Real Madrid en Villarreal y como ha hecho ya 18 veces esta temporada. Entrenadores y futbolistas no hacen más que clamar por un calendario inhumano. Pero a los líderes del fútbol les da igual. Pese a su ultimátum, Ancelotti tendrá que tragar a la vuelta del parón de selecciones, cuando tampoco tendrá el descanso necesario entre los duelos contra el Leganés y la Real Sociedad. Si no actúan todos a una, con las asociaciones de futbolistas a la cabeza, veo poca solución para eliminar la codicia de los dirigentes de las competiciones, que no hacen más que subirse el sueldo cada año, machacando a los jugadores y, que no se nos olvide, a todos los que les rodean: utilleros, preparadores físicos, médicos, periodistas, miembros de los departamento de prensa... que no cobran millones y que también sufren las consecuencias de un calendario aberrante.